Más que a centrarme en un proyecto en particular de orientación educativa, vengo hoy aquí a reivindicar la maravillosa labor que realiza el departamento de orientación en nuestros centros.
Mientras que los demás profesores reciben malas, pero también buenas noticias, al departamento de orientación solo vamos con llantos. Que si Fulanito no viene a clase, que si Menganito no me hace caso, que si Agapito no sabe por dónde le da el aire... En vez de departamento de orientación se tenía que llamar LLORERÍA.
Pero ahí están ellos, siempre con una sonrisa y mil propuestas que hacerte. Son seres de luz con ganas de ayudar. Y es que no tiene que ser fácil saber resolver como lo hacen problemas tan diferentes como los que pueda tener un alumno con una familia desestructurada, un chaval con problemas psicológicos o alguien con transtornos cognitivos o de conducta.
Ellos en vez de un as en la manga, me parece que tienen toda una baraja de ases.
¡Gracias! ¿¡ Qué haríamos sin vosotros?!